Lo contentas que estamos tu y yo cuando nos despertamos por la mañana y vemos que hace un día despejadito, porque eso significa que habrá sol y podremos salir fuera a nuestro rincón favorito. Yo me acomodo en mi butacón y disfruto de verte jugar mientras me soleo, y aunque mi comodidad dura más bien poco, el tiempo que vienes a buscarme para que juegue contigo, también lo disfruto. Me encanta cuando hacemos correr a Tatxa como una loca tras la pelota y cuando corre en círculos alrededor de nosotras, tus risotadas me alegran el día. Me encanta ver que cada vez eres más independiente y te atreves a alejarte más de mi yendo de excursión al otro lado de la casa y luego apareces con una gran sonrisa y mirándome como diciendo: "¿Has visto que he hecho?". Y me encanta los días que hemos instaurado con tu tía Catalina hacer el vermut antes de ir a buscar a Víctor al cole. Nos sentamos al sol, con las patatillas, aceitunas, berberechos y la Coca-Cola (a partir de ahora será Pepsi) y nos contamos nuestras alegrías y nuestras penas, y mientras tu te pones las botas con todo lo que hay encima la mesa, disfrutas tanto o más que nosotras. Te quiero enseñar desde bien pequeña los grandes placeres de la vida, picoteo, buenas amigas, un poco de sol y una buena charla. Que sigan estos días soleados por mucho tiempo, y que sigamos disfrutando como disfrutamos de los juegos con Tatxa.
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