Laia ya ha empezado con sus baños refrescantes diarios, ya sea en la piscina pequeña o en la piscina grande, es feliz. Por ser una niña que en todo el invierno sólo ha tenido contacto con el agua de la ducha no nos ha salido nada miedica. Es más, el primer día que la metimos en la grande ya con manguitos me sorprendió lo rápido que se familiarizó. Se sentía cómoda estando suelta por los escalones y caminaba de un lado a otro sin problemas. Es cierto que en todo momento la dejamos ir a su ritmo, simplemente animándola a que disfrutase. Así que al tercer día de chapuzón, no se lo pensó dos veces y se aventuró sola con los manguitos por en medio de la piscina, y lo que se reía, oye. De momento seguimos la misma táctica, ir probando y que sea ella la que decida el ritmo. Ayer se atrevió a lanzarse del bordillo pero sentada, lo de tirarse de pie como que todavía no, pero ya se andará, sino es este año será el que viene, creo que lo importante es que disfrute en el agua y no le coja miedo. Tenemos tooodo un verano por delante para sumergirnos en el agua.
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