Mi abejita Maya.

 El disfraz de este año vino condicionado por un capricho de su padre. Un día de hace muchos meses íbamos por Palma paseando y vio unas alitas y antenas de abeja y quiso comprárselo a Laia, así que cuando empecé a pensar en disfraces se me ocurrió emplear eso y aprovechar la maña de la abuela Juana para hacerle el cuerpo. El año pasado también se lo hicimos de lana y me gustó la idea porque estaba muy calentita, así que este año lo mismo y ya no tienes ni que pensar en coger abrigo. Estaba realmente divina, muy graciosa y se lo paso pipa. Disfrutó, cosa que me alegro, porque con Laia nunca se sabe, le puede dar por estar huraña cuando hay mucha gente o estar feliz de la vida, ese día decidió estar feliz de la vida. Después hicimos una torradita en casa con muchos de los participantes de nuestra rúa particular y se lo pasó más bomba todavía. Debía haber 11/12 niños jugando en el césped y Laia estaba en su salsa, es feliz rodeada de niños, más mayores sobretodo. Mientras los papás, abuelos y resto de invitados nos pusimos las botas celebrando Don Carnaval. Y por muchos años!!