martes, 17 de junio de 2014

Un principio y un fin.

Como ya he dicho en alguna otra ocasión, Laia es una niña muy independiente y va bastante a su bola y a medida que crece todavía más. Tiene sus momentos cariñosos y empalagosos, pero no abusa demasiado, aunque la palabra mamá no se la quita nunca de la boca, llega a ser cansina. Al tener tan pocos momentos mimosos, para mi el ratito que pasaba más gusto con ella era con el biberón de después de cenar, nuestro momento sofá, encima mio, mirando a Pocoyo y tomándose el biberón tranquilamente...como lo disfrutaba. Si, hablo en pasado, desde hace unos cuantos días se lo quiere tomar sola, así que se tumba ella en el sofá y ¡rasca! todo para adentro.He intentado persuadirla para dárselo yo, pero nada, que lo tiene muy claro, ella sola. Por eso cada vez me queda más claro que todo tiene un principio y un final, y que hay que aprovechar cada momento como si fuera el último, porque nunca sabes cuando se dejará de disfrutar una cosa. Ay, petita Laia, que rápido creces!!






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