domingo, 26 de octubre de 2014

Vale, mamá, vale.

La nueva frase de Laia: Vale, mamá, vale. Eso me lo dice cuando vamos a hacer algo que le apetece, o que antes de hacer tal cosa hemos de hacer otra, o cuando le prepongo algo que se que le va a gustar. Lo dice con una gracia y una seguridad que me mata, y con alegría además. Cualquiera que la oiga pensará que es una niña súper obediente, pero no, nada más lejos de la realidad. Laia es más bien poco obediente, hace las cosas cuando a ella le apetece, le puedes repetir las cosas mil veces que por una oreja le entra y por otra le sale, que si, que un día te hace caso a la primera, pero por regla general es más bien lo contrario. Cada vez que le repites algo por enésima vez y le pregunto si me está escuchando me sale con el: Espera, mamá, espera (poniendo la mano en plan stop) y cuando le digo que no, que espere ella, empieza a repetir, mama, mama, mama mientras yo le suelto la perorata y hasta que le digo que me mire bien a los ojos y abra bien los oídos, (cosa que hace estirándose las orejas), no para y me acaba diciendo que si a lo que le digo, pero acaba haciendo lo que le de la gana. Es más lista que el hambre y a veces pienso si no podrá conmigo. Es como una batalla continua, sales de una batalla con la sensación de que ha entendido lo que le decías o quieres de ella, para al cabo de 10 minutos entrar en otra similar, y así cada día, cada momento y reconozco que a veces quiero tirar la toalla y decir: Haz lo que te de la gana!! Pero resisto, por que se que eso es lo fácil y que el trabajo lo tengo que hacer ahora, que si lo dejo para más adelante ya será tarde o mucho más difícil. Pienso que aunque ahora no parece que lo entienda, algo le va quedando, y algún día sabrá donde están los límites que le ponen su padre y su madre, y lo que queremos y esperamos de ella. Es como cuando cruzamos un paso cebra porque se ha parado un coche, le digo que haga como yo, que de las gracias al que se ha parado y ella ya suelta su "grachis", ahora me queda que también levante la manita a la vez. Pienso que si ahora le enseño eso, son cosas que le van quedando y que luego le saldrán de manera natural. Me gustaría que fuera una persona agradecida, considerada y que sepa vivir en sociedad, que no se sienta única en el mundo, sino una más y que sepa ponerse en el lugar de los otros, empatía se llama eso. Sigo diciendo que es muy difícil esto de educar, que nunca sabes si lo haces bien, que en mi caso no se si me excedo, si soy demasiado exigente, si no le pido demasiado a una niña de dos años. Necesito vacaciones!!!










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