miércoles, 17 de julio de 2013

Entrar al paritorio.

El otro día leí en el periódico que empezaban a dejar entrar a los papas en las cesáreas, eso es lo que me hubiera encantado a mi, que Cesar hubiera podido estar conmigo en ese momento. Supimos que seguramente mi parto acabaría en cesárea desde la semana 26, aunque no estaba muy claro, ellos querían probar parto natural y yo lo que quería era asegurar que la niña no sufriera en ningún momento. Al final fue cesárea, también porque insistimos un poquito en el tema de la seguridad de la niña, que no queríamos arriesgar por nada del mundo, como estaba empezando a ponerme de parto y yo seguía sangrando supongo que se curaron en salud y se decidieron por cesárea. El problema? Que Cesar no pudo estar, y eso que el lo pidió cuando me llevaban para allá. El resultado? Que me sentí sola, muy sola, que me trataron con mucho cariño, pero me sentí sola, me moría de ganas de tener a mi marido a mi lado, cogiéndome la mano cuando me ponían la epidural, cuando me tumbaban , cuando me rajaban, me hubiera encantado que estuviera conmigo cuando me pusieron a la niña encima. Yo estaba muy asustada, por un montón de cosas y a mi me hubiera tranquilizado que el estuviera allí. Y luego me sentí igual de sola y ansiosa en la sala de reanimación, mientras esperaba que se me pasara el efecto de la anestesia y no tenía a nadie a mi lado ni tenía a la niña conmigo. Creo que es muy buena idea que en determinados casos dejen entrar al padre, porque es un momento que creo que ellos también tienen que vivir y para la madre es muy tranquilizador. Así que apoyo la moción de que les dejen entrar. En fin, en otra vida tal vez tenga más suerte y pueda estar mi marido.




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