Cabalgando.

En mis tiempos de esto no había, los ponis vinieron ya para la época de tu madrina, cuando era chiquitina y año tras año ella iba a montar, porque es pasión lo que siente por los caballos y como ahora ya es más mayor no va a montar, pero va a echar una mano llevando los ponis, así que aprovechamos para que te montaras con ella en esta especie de caballo más chiquitín de lo normal, pero que no es un poni. Tu estabas más seria que una patata, pero te encantó, es más, cuando acabamos pedías más, señalando hacia ellos, pero tuvimos la excusa perfecta de no tener que volver a hacer cola porque hicimos como que no te entendíamos. El año que viene no habrá excusa, seguro que te pondrás farruca para volver a montar y nosotros, como buenos padres, volveremos a hacer la cola interminable unas cuantas veces.