Complicidad!!

Me encanta la relación que se está creando entre los tres, como conectamos, como nos entendemos y como nos vamos conociendo cada vez mejor. Laia sigue muy enmadrada y para muchas cosas sigue pidiendo a su madre, pero cada vez se tira más al padre. Tienen una relación de risas y de juegos muy buena. Pero no os penséis que conmigo no la tenga, nosotros no hacemos el papel de poli bueno o poli malo, gracias a Dios vamos por el mismo camino a la hora de educar a Laia, y pocas veces no hemos coincidido. Siempre he pensado que tan compatible es tener una buena relación con tus hijos, reír, jugar y ser uno más en ese momento, como demostrar quien es que manda cuando llega la hora, y tanto su padre como yo hacemos eso. A la hora de jugar podemos ser tan burros como ella, tirarnos en el suelo, chillar, pegar saltos, reír a carcajadas como ponernos serios si hace falta y reñirla, pararle los pies y poner límites. Y esa es la suerte que tenemos, que estamos muy de acuerdo en esos límites y tenemos bastante claro lo que queremos y no queremos para Laia. Desde luego educar a un niño es de lo más difícil que hay, por que nunca sabes si lo estas haciendo bien, si te estas excediendo, si vas equivocado o aciertas, pero para mi hay una señal bastante clara y es el propio comportamiento del niño. Yo a Laia la veo una niña feliz, despreocupada, segura de si misma, sin miedo a expresarse, con muchísimas ganas de estar con sus padres, veo a una niña sanota en todos los sentidos y eso a mi me indica que de momento vamos por buen camino. Que le estamos dando el amor, la seguridad, los límites adecuados. Queda muchísimo camino por recorrer, quedan muchos intentos de querer salirse con la suya, de probar hasta donde puede llegar o hasta donde le permitimos llegar, pero mientras César y yo tengamos claro que es lo que queremos para ella creo que ya es buen comienzo. Yo mientras quiero seguir disfrutando de esta aventura de compartir el día a día con ella, de demostrarle que siempre estaremos a su lado y que siempre tendrá nuestras manos para sostenerla cuando lo necesite y para pararle los pies cuando haga falta.