De comunión.

 Hace dos domingos nos pusimos todos guapos porque teníamos que ir de comunión de un primo segundo de Laia, Raul. Todo el festejo estuvo super bien, lo único malo de ese día fue el calor que pasamos. Una comunión al mediodía en pleno mes de julio y al exterior no es de las mejores ideas. Pero nosotros, como siempre, le pusimos al mal tiempo buena cara y nos lo montamos bien. Así como llegamos, despojamos a Laia de su ropa, se metió en la piscina con su papi (lástima que la madre no pensara coger el bikini) y luego buscamos una sombrita debajo un arbol y comimos y estuvimos allí en la mejor compañía, la de mis primas prefes y sus retoños.Dentro de lo malo allí estuvimos la mar de bien, disfrutamos de un día juntos y vimos sudar la gota gorda a los que se empeñaban a comer al sol. Como detalle contar que el vestidito que lleva Laia era de su prima Helena, que se lo hizo una prima de mi padre que cosía muy bien, así que tiene nada menos que 13 años. Este tipo de vestido no pasa nunca de moda, son los que le chiflan a mi madre. Que conste que yo encuentro que estaba monísima. Y si, Laia llevaba un buen chichón, no es el primero ni será el último.