jueves, 30 de octubre de 2014

Santa paciencia? No

Tengo claro que Laia está en la edad de probar, y sobretodo de probarnos  a nosotros, sus padres. A veces es una guerra continua, pero no puedo evitar pensar que si hay guerra es porque yo me presto a la batalla. Se que su forma de expresarse, de decir lo que quiere es desafiándome y me desafía cuando siente que no le presto suficiente atención. Y eso es porque hablo con otra persona, o cocino, o estoy con el móvil...siempre que estoy en otra cosa es cuando empieza a hacer trastadas, a rebotarse, a lloriquear, a intentar llamar mi atención de alguna manera. Y lo consigue, porque acabo gritándole, riñéndole y haciendo precisamente lo que quiere, que le preste atención. Y luego me siento mal, me culpo por mi poca paciencia, por quererla casi perfecta y que nunca moleste, y que cuando le diga un momento espere sin rechistar, y que entienda que su madre también necesita esos momentos de cocinar más o menos tranquila, de poder contestar un washap, de relacionarme con otra gente que no lleve pañales. Y se que es demasiado pequeña para entenderlo, y que más da si mientras hablo con alguien por teléfono ella riega todo el porche con agua de su botella, o mientras cocino y no oigo nada(siempre hay que correr cuando no se oye a un niño) me la encuentro en su habitación esparciendo polvos de talco, o si dedico más tiempo del que ella considera normal en arreglar la casa( así está mi casa) me la encuentro encaramándose en cualquier lugar donde se pueda encaramar (léase encaramada en la reja que separa nuestra casa de casa mi madre, hasta arriba bien subida). Y así una tras otra, y así probando mi paciencia un día y otro. Y claro, yo me digo. "Relájate, tampoco pasa nada por esto, no la riñas, déjala que sea niña" y luego pienso:" Y si se convierte en una pequeña salvaje, acostumbrada  a hacer lo que le de la gana'". Ayy, amigo, no por Dios, no soporto a los pequeños salvajes maleducados que nadie les ha parado los pies. Pero también tengo miedo a ser demasiado estricta. Y las trastadas me dan igual, me preocupa más los pataleos, los lloriqueos, los chilliditos de histérica cada vez que no consigue algo, eso si que no puedooo, y no quiero que lo tome por la tónica habitual. Se que ahora está desarrollando su personalidad, auto afirmándose,buscando su sitio, etc, así que sinceramente, no se si me paso de estricta, de bulldog francés, si hago bien, si hago mal....Lo que si se que hago fatal, pero que muy mal es cuando chillo y pierdo los papeles, se que estoy perdiendo toda autoridad, todo respeto pero a veces mi cabeza ya no puede más y exploto, y no me siento mal luego, me siento fatal, mala madre, mala persona, mala educadora y corroboro lo que ya sabía hace mucho, yo no tengo paciencia, por mucho que digan otros.




2 comentarios:

  1. Heres muy buena madre porlo tanto no te tienes que preocupar lo que pasa que laia tiene mucho carazter y esta en una epoca que es dificil ,

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