viernes, 2 de enero de 2015

Empatía.

Ya he mencionado alguna vez la gran empatía que encuentro que tiene Laia desde muy pequeña, que la verdad me sorprende. Este principio de año no lo he comenzado de lo mejor en ánimos, tal vez porque por todo veo que va a ser un gran año, llenos de proyectos, que se prepare el 2015 porque todo el mundo se siente con mucha fuerza y bla, bla, bla y yo, sinceramente, presiento un año difícil, duro y complicado de pasar. Seguro que si, que de todo esto también sacaré cosas positivas, momentos buenos y algún que otro aprendizaje, pero bueno, ahora lo veo un poco negro. A lo que iba, ayer tuve un mal día, con ganas de llorar por todo, estaba enrabiada, triste y con pocas ganas de todo.  En un momento dado, en la tranquilidad de mi casa me eché a llorar sin consuelo, de esos lloros que no puedes controlar. El papi de Laia lo intentaba de todos modos, como siempre comprensivo aunque a el también le canse la situación. Cuando Laia se dio cuenta vino con su pregunta del millón de: "que te pasha mama?" , el papá le dijo que la mamá estaba un poco triste y ella me abrazo y me dijo: "no ploris mama, no ploris, yo te quiero musho". Que decir tiene que no pudo más que dibujarme una sonrisa en mi boca y que se me cayera la baba a raudales, y no pude menos de reírme más cuando el papá dijo que también se pondría a llorar el con tal de que le dijera lo mismo.  Se que mi pequeña princesa va a ser una gran ayuda para superar los malos momentos, y la verdad es que no deja de sorprenderme día a día con todo lo que hace, dice y la actitud que demuestra, tendré que empezar a creer a la abuela Juana cuando dice que es una niña muy especial.






1 comentario:

  1. Anlmo elena que todo saldra bien pues tuija necesita que es tes bien y tu marido tan bien pues ne ce sitan mimos y de paso que ellos te los agan ati , besos,

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