miércoles, 21 de enero de 2015

Tiempo de cambios.

En los últimos dos meses nuestra vida ha cambiado muchísimo, de tener casi todo el tiempo para nosotras, de poder irnos de excursión una mañana soleada, de ir a pasear al lado del mar, de poder jugar sin prisas en el jardín, hemos pasado a estar pendiente de la abuela y de lo que necesite. 
Al tener que ayudarla a vestir, ducharse, darle el desayuno, y prepararle un poco la casa (chimenea, leña, barrer), hacerle caminar una vueltecilla corta, no me doy cuenta y me ha pasado la mañana en un plis plas, y ya me toca pensar o preparar la comida y por la tarde pues por el estilo, sabes que  a las ocho le toca cena y no te da mucho margen de hacer cosas. Así que mucha vida propia últimamente no es que tenga, al menos no la vida propia que estaba acostumbrada a tener, todo el día en danza.
Reconozco que hay días que se me hacen duros, porque el plan más tonto que me salga tengo que asegurarme de que alguien podrá estar con mi madre, y a veces tengo la sensación de que la casa se me cae un poco encima. No es que me queje, realmente lo haría mil veces más, si alguien se merece que durante un tiempo, por largo que sea, pierda un poco esa libertad que tenía es mi madre.No podría tocarme madre mejor y no podría tener mejor ejemplo del que ella me ha dado. Ahora simplemente quiero disfrutarla al máximo, el tiempo que le quede de estar con nosotros lo quiero aprovechar, no quiero el día de mañana tener la sensación de que se me ha quedado algo en el tintero y no he sabido aprovechar el momento.
Me duele enormemente pensar que pierdo a mi madre, me duele que no se exactamente cuando dejaré de verla, de tenerla a mi lado, de poder consultarle cosas, de pelearme con ella...pero lo que más me duele por encima de todo y que cada vez que pienso en ello se me encoge el corazón, e pensar que Laia no podrá disfrutar ni conocer realmente a su abuela, que no le quedará un recuerdo de ella nítido, que no la disfrutará a tope, que hay tantas cosas que no podrá enseñarle y a mi me hubiera gustado tanto que pudieran compartir.. Pensar que mi madre se perderá como crece y en que se convierte su nieta, me duele, me duele en el alma. Por mucho que yo intente transmitirle, por mucho que yo le cuente a Laia de su abuela, no es lo mismo, se pierde su esencia, su verdadera esencia. Tu perderás una gran abuela, Laia, como yo perderé una gran madre y el mundo perderá un gran ser humano. Ojala nos quede algo de ella en ti y en mi, en nuestra propia esencia, un poco de ella. T'estim mu mare!!!






No hay comentarios:

Publicar un comentario