domingo, 1 de febrero de 2015

Jugando que es gerundio.

Los juegos de Laia, como es natural, van cambiando al tiempo que ella crece. Cada vez juega más a juegos de imitar, como mecer un bebe, cocinar en la cocinita y preparar manjares, hacer carreras como una loca de un extremo a otro...
Le gusta cada vez más eso, imitar y ayudarte con todo lo que haces. Que metes leña? ella también quiere llevar su tronco y abrirte la puerta de la chimenea, ya sabe que se tiene que poner guante porque quema y es inútil que le digas que no, porque no escucha a nadie. Que limpias cristales? Pues ella tiene que limpiar los cristales y no intentes explicarle que lo que hace es enguarrarlos todavía más, porque empieza con el papel, pero acaba haciéndolo con la mano. 
Y así con todo. Le encanta jugar a esconderse, de la manera que se esconden los niños más pequeños, que cuando empiezas a decir"¿Donde estas?", te sale diciendo "aquí!!" . No hay emoción. Y si la que se esconde soy yo, le da miedo venir a buscarme, así que ya me diréis que divertido es jugar así.
Y otra cosa que cada vez hace más es jugar con los otros niños, con los más mayores siempre lo ha hecho, porque ella simplemente les seguía en todo lo que hacían, pero con los de su edad no interactuaba demasiado, era como si la aburrieren, los miraba de arriba a abajo y se alejaba. Ahora ya no, los busca, juega, les enseña cosas, se nota que lo disfruta de otra manera.
Le gusta mucho pintar, jugar con plastelina, hacer torres, mirar cuentos y sobretodo y por encima de todo y por debajo y por los lados, esparcir los juguetes por toda la casa, cuando más repartidos mejor. En parte va bien, porque así, cuando yo voy al baño, siempre tengo un juguete con el que distraerme.








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