¿Y que se puede hacer con una niña inquieta y con muchas ganas de moverse los días de lluvia? Pues ir a un centro comercial, no hay muchas opciones más, así que para allá que nos fuimos, a matar tres pájaros de un tiro: que Laia se pasease a gusto, ir a comprar un regalo para estas fechas que se acercan y disfrutar de la simpatía y amabilidad de las dependientas de Imaginarium. Laia alucina de ir allí, porque ve muchas cosas que le gustan, hace amigos a los que ofrece el chupete, le dejan toquetear las cosas( demasiado, a ver como le explico yo que no se puede hacer eso en todos los sitios), y hasta se pone de promoción y quiere venderse ella misma, menos mal que la cogí a tiempo antes de que nadie la comprara. Es una buena manera de pasar una mañana lluviosa.
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