Pues aquí tenemos nuestra segunda parte de una mañana en el club hípico. Laia observó con mucho interés como montaba su madrina, como lo hacía Auba mientras la madrina le daba instrucciones y esperó pacientemente su turno. Se subió sin ningún temor, es más, disfrutó de verdad. Parecía que lo había hecho toda su vida. Ya me veo con un caballo paseando por el jardín. También vio que luego de montar hay que duchar al caballo, limpiarlo bien, comprobar que todo este correcto y darle de comer, que la verdad pasas más tiempo haciendo esto que no montando, que no se crea que todo es bonito.De todas formas de momento estamos salvados porque no habla, pero cuando empiece ya me la veo pidiéndonos más de una vez ir a ver a su madrina y su caballo Montblanc.
Lo que veo ,es que aparte de los caballos le chiflan los cascos .O sea amazona o motorista.Nos saldra la niña.
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