lunes, 7 de octubre de 2013

Mi casita de papel.

Laia ya tiene su casita para jugar, y es una casita con historia, como me gusta a mi. Se la dieron a su madrina Helena cuando tendría unos 4 años para que jugara en casa la abuela, era de la nieta de los abuelos adoptivos de Laia, si, los de Cala Blava. Helena le sacó todo el jugo posible y cuando ya no la empleaba se la dimos al hijo mayor de una de mis mejores amigas. La empleo el mayor, la empleo el pequeño luego y ahora ha vuelto a nosotros, para que Laia pueda jugar una buena temporada, bueno, en realidad hasta que su padre le haga otra de madera, que es algo que me hace mucha ilusión, pero queremos esperar a que Laia sea más grande para que lo pueda ayudar. De momento se contentará con esta y luego ya le daremos un buen uso dándosela a alguien otra vez. Me encantan los juguetes reciclados, usados y vueltos a usar;casi todos los que tiene Laia son así, de primos, de hijos de amigas...Y es que son tan caros y juegan tan poco tiempo con ellos con lo rápido que crecen que encuentro una chorrada que tengan que ser nuevos. Y lo feliz que se la ve a ella oye!!!





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