Lo bueno que tiene esto es que Laia no sabe todavía que si metes dinerito en estos cacharros se mueven y hacen ruidito, así que nos pasamos mas de media hora subiendo a uno, subiendo a otro y pasándolo bomba sin que mi bolsillo se resintiese. En el momento que se de cuenta de como funciona la cosa ya iré alerta en pasar cerca de este parque y es que claro, las mañanas en que su papi tiene que dormir por haber trabajado de noche , nosotras cogemos y nos largamos por ahí para no molestarlo tanto, y el Festival Park es una buena opción, porque esta cerca de casa, tiene tiendas, tiene bares, tiene un parque y mucho sitio para correr, aunque lo malo es que tiene también demasiadas tentaciones, tanto para la madre como dentro de poco para la hija.
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